¡Escucha el silencio! Cierra tus ojos y tan sólo siente.
Sin pensar en nada. Asómate al mundo que existe a tus pies.
Siente las nubes que envuelven tu pelo.
Respira profundamente la esencia de la soledad
y déjate llevar por la brisa fresca del norte.
Ahora lentamente, abre tus párpados y deja que tu mirada,
vague lentamente hasta el infinito.
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